Hace varios días llegé hasta un quiosco cercano a la terminal de trenes de Bayamo, en el que dos «cuentapropistas» exhibían y anunciaban «pizza caliente a cinco». Pedí una y, como ciertamente estaba que echaba humo, también solicité otro pedacito de papel para sostenerla mejor.
Pero el vendedor principal se excusó con un decreto propio: «Es un solo papelito por pizza, ‘mijo’, no hay papel ni cartón». (más…)